¿Cómo se realiza la cata de vino?

Última actualización: 19.04.24

 

La cata de vino es todo un arte, ser capaces de apreciar en su totalidad los matices aromáticos y de sabor del mejor vino, es cuestión de habilidad, instinto y también de práctica. Un buen catador de vino, no solo debe saber de vinos, sino también debe ser consciente de todo el proceso de elaboración y cría de las uvas. En este artículo, se explica paso a paso cómo catar un vino.

 

La cata de vinos requiere un proceso de aprendizaje, ya que no solo es necesario ser capaz de reconocer los aromas y sabores de caldo, sino que se debe poner en funcionamiento la memoria, que será la encargada de traducir e interpretar todas las sensaciones que forman parte de un análisis de vino.

Este aprendizaje también requiere interiorizar una serie de técnicas que forman parte de las catas de vino. No solo se trata de una degustación, hay que conocer el vocabulario asociado al vino, los procesos de elaboración y también hay que ser un experto en los criterios que se utilizan para juzgar la calidad del vino. Para desarrollar estas técnicas, los catadores de vino deben probar una gran variedad de caldos, para acostumbrar su paladar, siendo este un proceso largo y paciente que, en muchos casos, tiene una gran parte de subjetividad.

 

¿Cómo aprender sobre vinos?

Para convertirse en un experto en vinos, es necesario en primer lugar, estar abierto al aprendizaje consciente de esta técnica. Para desarrollar las habilidades necesarias para la cata de vino, el usuario debe probar muchos vinos diferentes. En este sentido, se deben tomar caldos de diferente calidad y procedencia, así como vinos de todos los tipos como el blanco, el rosado y el tinto.

También hay que conocer las principales características de los vinos de diferentes Denominaciones de Origen, así como las características de las diferentes regiones vitivinícolas y los distintos estilos de vinificación. Durante este proceso de degustación de vinos, se debe desarrollar un método y un estilo propios que, con el tiempo, se deberán utilizar en cada nueva cata.

En este sentido, se debe aprender de vino conociendo y desarrollando el vocabulario propio del mundo de la cata, por lo que habrá que invertir tiempo en encontrar los términos que describan con mayor precisión cada aroma o sabor. Para ello, el usuario puede recurrir a las diferentes guías de vinos que existen en el mercado, donde encontrará descripciones detalladas de los sabores, aromas y colores de los vinos. 

Estos primeros pasos, que serán los más complicados, se pueden realizar con la ayuda de algún profesional, por ejemplo, acudiendo a catas y degustaciones de vino. Otra buena práctica para iniciarse en el mundo del vino, es hacer catas a ciegas, para que el usuario no se vea influido por las etiquetas o los precios de la botella, además, al no poder ver, el resto de sentidos estarán más “despiertos”, por lo que se percibirán mejor las sensaciones.

¿Cómo se cata un vino?

La cata de vino supone realizar un análisis consciente de todas las sensaciones que produce el vino. Como cualquier labor de análisis, la cata debe realizarse por partes, dividiendo las sensaciones en sentidos: vista, olfato y gusto.

 

Vista

El primer análisis del vino tendrá lugar con la vista. El vino debe ser observado con buena iluminación y sobre un fondo blanco, siempre de abajo a arriba, inclinando la copa hasta que quede casi en horizontal. En este punto, se examina el color, los matices del borde y los ribetes.

A la vista, el vino debe ser limpio y brillante, si no lo está puede que tenga un sabor amargo. El catador también ha de ser capaz de distinguir los matices de su color; el pálido, dorado o verdoso de los vinos blanco, así como los tonos rosados, rubí o granate del tinto. Los matices nos muestran la madurez del vino, así pues, el mejor vino tinto pierde el tono rojo a medida que envejece, mientras que el blanco adquiere más color.

Al mismo tiempo se debe observar la fluidez y los ribetes. Para la fluidez, se debe sostener la copa desde el pie y hacerla girar y observar la cantidad de vino que se queda “pegada” a la pared de la copa. Cuanto más denso sea el vino, mayor será su graduación alcohólica. Por otra parte, los ribetes muestran el estado de evolución del vino, así los blancos tiene bordes pálidos y los tintos más madurados tendrá un ribete de color teja.

 

Olfato

Gran parte del sabor viene del olfato. Para captar los aromas del vino, hay que olerlo con moderación, para evitar que los vapores del alcohol anestesien el sentido. Para percibir el aroma por completo, hay que dejar un tiempo entre cada inhalación y mover el rostro ligeramente.

En este punto buscaremos distinguir el aroma y el buqué. El primero es el olor que proviene de la fermentación de la uva, estos suelen ser aromas frescos y afrutados. El buqué es el olor que proviene del envejecimiento. Para captar estos matices, se debe mover ligeramente el vino, alternando entre inhalaciones largas y profundas, y cortas y vigorosas.

El primer matiz que notaremos será el de la fruta, seguido por los aromas que provienen de las barricas y de la maduración.

Gusto

En boca, el catador de vinos buscará distinguir entre el cuerpo, la temperatura, la astringencia, la efervescencia y la textura. En resumen, los vinos blancos tienen sabores más frutales y cítricos como el limón, la pera o el albaricoque. En cambio, los vinos tintos tienen gustos similares a los frutos del bosque como las cerezas, la grosella o la mora.

El cuerpo del vino describe la sensación que produce el líquido en la boca, si es espeso, con mucho alcohol o si es fluido. En el caso de la temperatura, describe los grados a los que hay que consumir el vino, por ejemplo, los vinos blancos se toman frescos y los tintos a temperatura ambiente. 

En cuanto a la astringencia, se busca describir la sensación de sequedad que deja en las encías, el paladar o la boca, esta sensación es producida por los taninos del vino. En cuanto a la textura, se trata de definir la calidad del vino y lo limpio que sea el líquido. 

Finalmente, cuando se catan vinos espumosos, se puede describir también la efervescencia, que es la calidad y cantidad de burbujas en el caldo.

 

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