Historia de la cerveza artesanal estilo Porter

Última actualización: 24.04.24

 

La Porter es una cerveza de tipo artesanal, que se prepara siguiendo los mismos procedimientos que se utilizaban en las primeras industrias cerveceras. Es un estilo de elaboración con una historia que llega hasta la Edad Media y vale la pena descubrirlo para apreciar mejor su sabor.

 

Aunque ahora nos cueste imaginarlo, las cervezas de la antigüedad no eran de color amarillo, sino que eran todas de color oscuro. En la Edad Media, todas tenían un color similar al que encontramos hoy en variedades “negras” como la Guiness. Sin embargo, cuando en el siglo XVIII empezaron a elaborarse las primeras cervezas de tipo Porter, las de color negro empezaron a desaparecer. A finales de 1700, en los pubs ya no quedaban cervezas oscuras.

El color tostado de las antiguas cervezas se debía, en gran parte, al método de almacenamiento y acondicionamiento. En este sentido, las maltas se guardaban en grandes toneles que habían sido utilizados anteriormente para otras cervezas. De esta forma, el líquido absorbía microorganismos de la madera, lo que provocaba sabores ácidos y colores tostados. Al mismo tiempo, al mezclarse con los restos de las otras cervezas, su sabor y color cambiaba. 

Por otra parte, al emplear maltas más oscuras estas bebidas obtenían sabores tostados, ahumados y, en algunos casos, carbonizados, sobre todo cuando tomaban el sabor del carbón con el que se horneaba la malta.

Los avances de la tecnología y las cervezas Porter

Las cervezas de tipo Porter fueron de las primeras en beneficiarse de algunos avances científicos y tecnológicos implementados a la elaboración de bebidas. En este sentido, una de las primeras mejoras introducidas fue el cilindro de rostizado. Este tambor de forma cilíndrica, creado por Daniel Wheeler en 1817, permitía tostar de forma homogénea las maltas, creando así una forma de homologar el proceso de malteado y tostado.

Junto al uso del cilindro para el horneado, se introdujo también la máquina de vapor y el termómetro de mercurio. Con todos estos avances tecnológicos, la industria cervecera se modernizó y empezó a fabricar bebidas a gran escala. Por otra parte, al poder controlar totalmente el proceso de horneado de la malta, algunos fabricantes comenzaron a crear una malta muy tostada, de color negro, conocida como Black Patent.

De esta forma, en 1820, los productores irlandeses empezaron a utilizar la Black Patent y desecharon el uso de las maltas café. En Dublín, Guinness elaboró sus primeras cervezas negras al estilo Porter, mucho tiempo antes de su famosa Guinness Stout. El nombre, “Porter” provenía de los “porters”, los cargadores de los puertos mercantiles, que solían ser los que consumían este tipo de cerveza. Esta receta se popularizó y las cervecerías de todo el mundo crearon sus propias versiones de esta cerveza.

A medida que las técnicas de fermentación y elaboración mejoraron, con la introducción de levaduras de “crianza”, las cervezas de tipo Porter empezaron a tener más intensidad, con sabores más robustos, lo que les valió el sobrenombre de “Stout”. En tal sentido, la cerveza Stout no es más que una cerveza negra Porter, pero más fuerte. Sin embargo, con el tiempo, las Porter fueron desapareciendo y quedaron solo las Stout como cervezas negras.

 

¿En qué se diferencia la cerveza Porter y la Stout?

Ambas cervezas comparten muchas similitudes, como el sabor y los aromas tostados que pueden recordar al café o el caramelo. De hecho, técnicamente la cerveza Stout no es más que una versión más fuerte de la Porter.

Sin embargo, sus principales diferencias radican en su textura, ya que las cervezas Porter suelen ser más cremosas, con notas de sabor que recuerdan al chocolate negro o al café. También la malta utilizada en cada una es diferente, ya que las Porter se elaboran con malta de cebada y para las Stout se utilizan cebadas tostadas, pero sin maltear, por lo que obtienen sabores más potentes.

Los tipos de cerveza Porter

Hoy en día, existen tres clasificaciones de cerveza Porter, certificadas por el Beer Judge Certification Program y que se dividen por su base de ingredientes y algunas características, de la siguiente forma:

Porter Inglesas

Siguen el método tradicional, con sabores que recuerdan al pan y los bizcochos, con un final tostado similar al del café o al chocolate negro. Algunas pueden tener un final dulce, acaramelado, o más amargo, como de frutos secos. 

Porter Bálticas

La adaptación de las Porter en el norte de Europa, comenzó como un tipo de fermentación de tipo Ale, al que se le añadieron levaduras Lager, adaptando la receta para crear estas cervezas oscuras. Son las que tienen un perfil de sabor más complejo. En este sentido, son algo más dulces, con notas de café y un toque de licor, con un final muy largo en el que se mezclan sensaciones de nuez, miel, caramelo y frutos rojos. No es tan amarga como el resto de las Porter, por lo que gusta más a los que no están acostumbrados a la cerveza negra.

Porter Americanas

Las Porter americanas representan muy bien el espíritu americano, ya que tienen un poco más de todo. Son más amargas, porque tienen más lúpulo, son más fuertes porque tienen más alcohol y son más oscuras porque tienen una mayor concentración de maltas tostadas. 

En este sentido, se trata de cervezas complejas, ya que la malta utilizada se tuesta más de lo habitual, por lo que obtiene sabores entre quemados y ahumados. Estas Porter suelen tener sabores que recuerdan al café, el chocolate amargo y el caramelo. Con un final más seco que el de las cervezas inglesas.

Ahora que ya conoces la diferencia entre las Stout y las Porter, así como sus diferentes estilos, ha llegado el momento de ir a por una y disfrutarla de la mejor manera, con amigos.

 

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