Conoce las beneficiosas propiedades del vino tinto

Última actualización: 20.04.24

 

Las propiedades del vino tinto son conocidas por la gran mayoría de los usuarios. Tanto que incluso forman parte de la sabiduría popular, sabiendo que una copa de vino al día es buena para el corazón. En este artículo queremos explicar cuáles son algunos de los principales beneficios del vino tinto.

 

A pesar de que es de conocimiento general que beber vino con responsabilidad puede aportar grandes beneficios para el cuerpo, como la reducción del colesterol, sigue habiendo un gran desconocimiento sobre cuáles son las aportaciones reales del vino a la salud. Mucha gente confunde las bebidas destiladas de las fermentadas, lo que provoca cierta desinformación sobre este tema.

A continuación, detallaremos algunos de los principales beneficios de esta bebida, para que tengas toda la información necesaria y puedas disfrutar de un vino bueno.

 

El vino tinto y la tensión arterial

Al contrario de lo que se cree, el vino negro no afecta a la tensión arterial, es decir que incluso aquellas personas que sufran hipertensión podrán beber vino. Esto se debe a que el mejor vino tinto contiene poco sodio, con un contenido inferior a los 50 mg por litro. De hecho, una copa de vino solo contiene 5 mg. Si tenemos en cuenta que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda una ingesta inferior a los 5000 mg de sodio en adultos, esta concentración es realmente baja y, por tanto, inofensiva.

Entre las propiedades minerales del vino, encontramos que tiene varios gramos de sal (entre 2 y 3 gramos), así como fosfatos, sulfatos, cloruros, yodo, flúor, zinc, boro, calcio y bromo, entre otros. Todos estos elementos minerales se encuentran en los alimentos de forma natural y son ampliamente beneficiosos para el cuerpo.

Además, el vino tiene una graduación alcohólica de entre 11 y 14 grados, lo que significa que, si se consume con responsabilidad, no más de una copa al día, su contenido de alcohol no sería contraproducente para los hipertensos, ya que el alcohol solo sube la presión arterial cuando se consume en exceso. 

De hecho, cuando el alcohol se consume de forma controlada y responsable, los estudios demuestran que pueden ser incluso beneficioso para el corazón y la circulación sanguínea.

Las vitaminas del vino tinto

El ingrediente principal del vino es la uva y además no contiene ningún aditivo. Esto significa que el resultado, el zumo de uva fermentado, será una bebida con propiedades organolépticas beneficiosas. 

Las uvas tienen propiedades para el organismo, ya que proporcionan energía al metabolismo, gracias a sus macronutrientes como los hidratos de carbono, las proteínas y las sales minerales. 

El vino rojo, aunque en menor cantidad, contiene vitaminas del grupo B como la B12, que es necesario para la metabolización de las proteínas o para mejorar la salud de las neuronas y los glóbulos rojos. Asimismo, también contiene vitamina B6 y B2, aunque en menor medida.

Por otro lado, las uvas tienen propiedades y también contraindicaciones, ya que el vino contiene algunos elementos nocivos para el organismo como el arsénico, el aluminio y el plomo, sin embargo, sus proporciones son tan pequeñas que ni siquiera afectan al cuerpo.

 

El vino no engorda

El vino tinto bueno contiene alcohol en forma de etanol que genera energía en el metabolismo, pero no resulta útil para el organismo, por lo que se consideran “calorías vacías”. El alcohol tiene un recorrido diferente al de los nutrientes y el cuerpo lo intenta desechar lo más rápido posible, por lo que pasa directamente por el hígado donde es eliminado tras ser degradado. 

Un estudio del vino ha demostrado que el cuerpo humano no hace nada con el alcohol, es decir que no lo convierte ni en grasa ni en músculo. El alcohol tiene un índice glucémico muy bajo, por lo que pasa por la sangre rápidamente de camino al hígado y no aporta energía. 

En este sentido, las vitaminas, el alcohol y los oligoelementos presentes en el vino se degradan rápidamente, pero engordan. En este caso, lo que engorda son los macronutrientes, como las proteínas o los hidratos de carbono, por suerte en el vino solo hay una concentración del 1% de estos elementos, por lo que no engorda tanto como otras bebidas como la cerveza, lo que no significa que no engorde. 

Otra pregunta habitual sobre vino y colesterol, es si el vino ayuda a reducir el colesterol o, si por el contrario, contiene grasas que pueden perjudicar al organismo. Lo cierto es que el vino no contiene grasas.

Del mismo modo, el vino tinto (puedes encontrar en este enlace unas opciones de compra) contiene una concentración de azúcar muy baja. Habitualmente, no supera los 5 gramos por litro, lo que significa que una copa de vino tinto tendrá solo un gramo o menos. Eso sí, los tipo Pedro Ximénez y los cavas tienen una concentración de azúcar mucho más alta, en algunos casos superior a los 30 gramos por litro, por lo que sí que engordan más.

El vino y la diabetes

Al tener una concentración de alcohol tan baja, los diabéticos pueden consumir vino siempre que lo hagan de forma controlada. Sobre todo, es indicado el vino seco, que suele contener menos de 2 gramos de azúcar por gramo. 

 

Los sulfitos

El anhídrido sulfuroso se presenta de forma natural en el vino durante la fermentación. A este componente del vino, llamado habitualmente “sulfito”, se le suele culpar de la resaca y del dolor de cabeza, sin embargo, los responsable reales de estos efectos son las histaminas, que pueden provocar efectos similares a los de una alergia en algunos usuarios.

 

El vino y el hígado

Al contrario de lo que sucede con la mayoría de las bebidas alcohólicas, el vino es bueno para el hígado. Si se consume de forma regular y responsable, el vino tinto podría proteger al hígado de enfermedades como la cirrosis, ya que fortalece su funcionamiento. Al mismo tiempo, el consumo regular de vino impide la acumulación de grasas en el hígado, con lo que se previene desarrollar la enfermedad del hígado graso.

A pesar de sus propiedades hepáticas, es importante saber que, si el hígado ya está dañado, consumir alcohol de cualquier tipo y en cualquier cantidad agravará las dolencias, por lo que no será recomendable beber vino.

 

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