Los principales mitos sobre el alcohol y sus efectos

Última actualización: 23.04.24

 

¿Se cura la resaca bebiendo más? ¿El alcohol oscuro emborracha menos? ¿Tengo barriga por culpa de la cerveza? Estas son preguntas habituales que se hacen los usuarios sobre el alcohol. Hay muchos mitos en torno a la bebida, sus efectos y las mejores formas de consumirla para no tener resaca. En este artículo, intentaremos desvelar algunos de estos mitos y explicar la verdad que se encierra en ellos, ¿vamos?

 

El alcohol es un elemento social que acompaña al ser humano desde los inicios de su historia. El alcohol, siempre ha estado presente en nuestras vidas, ya sea como bebida social para banquetes y reuniones o como elemento ceremonial. Algunas bebidas alcohólicas como el vino, la cerveza o el whisky tienen miles de años de antigüedad y han sido utilizadas por los hombres ya fuera para divertirse o como remedios naturales.

El alcohol, consumido en exceso puede tener efectos negativos, ya sea el emborracharse o, al día siguiente, al sufrir la temida resaca. Sin embargo, el alcohol consumido de forma responsable y sana, no tiene por qué ser perjudicial. 

Como hemos explicado, el consumo de alcohol de forma recreativa es casi tan antiguo como el propio ser humano, por lo que no es de extrañar que, a lo largo de la historia, se hayan forjado varios mitos alrededor de esta costumbre social, generalmente aceptados como ciertos, pero que en realidad no lo son. Si quieres descubrir la verdad detrás de estos mitos, te invitamos a que sigas leyendo. 

 

Beber más para curar la resaca

Quizá este sea el mito más común y es el que tiene que ver con el día después. Según nos han contado siempre, el mejor remedio para la resaca es seguir bebiendo. En realidad, esto provoca una mayor intoxicación, lo que puede tener efectos muy negativos, ya que la resaca puede acabar siendo mucho más fuerte. Beber más prolongará los efectos del alcohol, pero no los eliminará ni los detendrá, la resaca llegará antes o después.

 

Lo que bebes influye en la borrachera

Uno de los mitos más comunes sobre el alcohol es que los diferentes tipos de bebidas causan efectos más fuertes o con diferentes características, aunque lo cierto es que todos los tipos de alcohol causan los mismos efectos. Lo que sí tiene influencia sobre el efecto del alcohol, sobre lo rápido que afecta al organismo, es la velocidad y la cantidad que se ingiere.

La mítica barriga cervecera

La “barriga cervecera” es de sobra conocida por todo el mundo. Siempre se nos ha dicho que beber mucha cerveza hacer que crezca la barriga, algunos dicen que es por el gas y otros, simplemente lo achacan a la bebida en sí. La cerveza tiene muy pocas calorías, es un alimento muy sano y el gas que contiene se elimina fácilmente por el cuerpo.

El problema real es la falta de hábitos saludables. Si consumes mucha cerveza, comes mal y tienes un ritmo de vida sedentario, lo más probable es que engordes, aunque la culpa no será solamente de la cerveza, sucederá con cualquier bebida que tomes, incluso el mejor whisky del mundo te hará engordar si no te mueves y comes en exceso.

 

Las bebidas oscuras son mejores

Otro mito muy habitual es el que dice que las bebidas oscuras, como el vino tinto, el vermut o la cerveza negra son más saludables. Este mito se creó debido a la creencia de que estas bebidas contienen más antioxidantes que las bebidas claras. Aunque en el caso del vino es cierto que contiene antioxidantes, en general, es una creencia falsa. Lo que sí contienen estas bebidas oscuras son más sustancias congéneres, producidas durante el proceso de fermentación y que son las causantes de las resacas, por lo que suelen provocar resacas más fuertes.

 

Envejecer el vino en casa

Todo el mundo sabe que los vinos más viejos son los más caros. Todos han oído hablar de botellas de vino que superan los mil euros. Es bastante habitual comprar una botella de vino y dejarla en un armario o en una bodega, con la esperanza de que envejezca y mejore con el tiempo. Sin embargo, no todos los vino están preparados para envejecer de esta forma. La mayoría de los vinos comerciales, se venden en un estado óptimo de consumo y no se deben guardar más allá de un año, ya que no están preparados para madurar más y se pondrán malos. 

 

Mezclar alcohol con bebidas energéticas

Tampoco es cierto que el alcohol, al mezclarse con bebidas energéticas tengas más efecto. Lo que sucede es que estas bebidas energéticas suelen tener una base de cafeína que inhibe el efecto sedante del alcohol, lo que lleva a seguir bebiendo incluso en situaciones en las que habitualmente se pararía. La bebida energética no emborracha más, sino que hace que se beba más, debido a una falsa sensación de energía.

Comer antes de acostarse para evitar la resaca

Comer después de beber no sirve de nada. Al contrario, cuando se ha bebido, el hígado ya está trabajando a mayor ritmo para procesar el alcohol, por lo que puede provocar molestias e incluso ardor, que se sumará a la resaca. Para evitar los efectos del alcohol o, al menos, para paliarlos, se debe comer antes de consumir alcohol, de esta forma la absorción del alcohol es más lenta.

 

Vomitar para no emborracharse

Cuando el alcohol se consume, casi inmediatamente es absorbido por el cuerpo. Esto significa que vomitar no ayuda a estar menos borracho. Si en algún momento, se consume tanto alcohol que se tiene sensación de náusea, ya es tarde para no emborracharse, lo mejor es prepararse para la resaca.

 

El alcohol mata neuronas

Aunque no lo parezca, el alcohol no mata neuronas. Lo que sucede es que daña las dendritas, que son las conexiones encargadas de llevar los estímulos y los mensajes eléctricos al cerebro. Es por este motivo que, cuando alguien se emborracha tiene dificultades para hablar o caminar. Sin embargo, este daño no es irreversible y se curará completamente cuando se deja de beber.

 

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