Conoce la receta de Imperial Stout

Última actualización: 25.04.24

 

Los amantes de las cervezas más intensas tienen en las variedades elaboradas con el estilo Porter un gran referente. Menos conocida es la variedad Stout, y más en concreto la Imperial Stout, aún más densa y muy atractiva para estos bebedores.

 

El mundo de la cerveza hace tiempo que dejó de ser territorio exclusivo de las “rubias” de siempre. Hoy día, la variedad de cervezas que tenemos a nuestro alcance es más que considerable, tanto en propuestas de carácter industrial como en las de tipo artesanal, que cada vez están más de moda. Un nuevo planteamiento que está sirviendo tanto para ofrecer nuevas propuestas como para rescatar algunas variedades olvidadas.

Lo mejor de todo es que, si quieres una versión doméstica de casi cualquier variedad, es posible preparar tu propia cerveza en casa con comodidad, gracias a los completos kits que encontramos en el mercado, así como a una amplia oferta de maltas, levaduras y demás ingredientes propios de este agradable líquido. Dentro de este planteamiento, queremos presentarte una interesante receta para la Stout, la cerveza más conocida como Russian Imperial Stout, que refuerza los parámetros de la cerveza negra inglesa más tradicional, incrementando la densidad y también la fuerza de la cerveza.

Un poco de historia

Antes de meternos en faena y preparar nuestra propia Imperial Stout, conviene conocer el origen de esta interesante variante cervecera, que también sirve para explicar sus características.

Después de leer la segunda denominación que le hemos dado a esta cerveza en el párrafo anterior, seguramente pienses que el origen de esta bebida se encuentre en Rusia. Sin embargo, este aspecto no es del todo correcto, dado que el auténtico origen de esta cerveza es inglés. Sin embargo, el clima y las características propias de este país sí han influido.

Dice la leyenda, no del todo confirmada, que el surgimiento de la cerveza Stout está relacionado con el zar Pedro el Grande. Durante el tiempo en el que este mandatario estuvo cursando estudios en Inglaterra, se vio cautivado por el sabor y la potencia de las cervezas tipo Porter y, una vez acabada su formación, habría solicitado que esta cerveza le fuera enviada a Rusia. Sin embargo, pese a que Inglaterra y Rusia comparten una climatología compleja, lo cierto es que el largo camino y el frío propio del Báltico acabó estropeando el producto. Para evitar el problema, se apostó por una solución aún más intensa. El resultado fue una receta aún más alta en alcohol y con una concentración más elevada de lúpulo. 

Hasta aquí llega la parte de la leyenda. Sin embargo, la teoría más aceptada al respecto es que esta variación de la receta no fue más que un cambio sobre la Porter tradicional para obtener una cerveza más fuerte que la clásica. De hecho, el uso del término Imperial Russian Stout apuntaba precisamente a estas versiones Stout, más intensas respecto de las Porter convencionales. En cualquier caso, lo cierto es que nunca sabremos qué ocurrió realmente.

 

Preparando la Stout Beer

Una vez que hemos conocido la historia y la leyenda, es momento de preparar nuestra propia cerveza. Para elaborarla, necesitaremos de 7 kilos de malta Pale, 500 gramos de malta de cristal y 200 gramos de malta tostada. También usaremos 150 gramos de malta chocolate y otro tanto de malta Carafa spezial. En cuanto a los lúpulos, se usan 61 gramos de Challenger y otro tanto de Golding. Para la levadura, se recomienda usar una propia de una ale inglesa como la Safale S-04, rematando la mezcla con un clarificante adecuado, como el musgo irlandés.

Para proceder con la elaboración, empezaremos por la fase de maceración, en la que bañaremos el grano en 20 litros de agua. Este proceso dura una hora aproximadamente, siendo necesario ejecutarlo a una temperatura de 65 grados. En esta parte del proceso conviene lavar bien el grano para extraer todos los azúcares.

Una vez generado el mosto, completamos con agua hasta llegar a los 27 litros. Herviremos esta mezcla durante una hora y cuarto aproximadamente, añadiendo el lúpulo Challenger al inicio de la ebullición. Por su parte, el lúpulo Golding se añade en los últimos 30 minutos de este proceso de hervido. Con estos tiempos se obtienen los mejores resultados en el producto final.

Cumplido este proceso, es momento de pasar a la fase de fermentación, para lo que añadiremos la levadura indicada o cualquier otra pensada para cervezas de tipo Ale, de fermentación alta. El proceso se realiza a unos 20 grados de temperatura.

Como paso final, queda el acondicionamiento y maduración de la cerveza. Este proceso requiere de almacenar el producto a unos 12 grados durante unas 15 semanas, preferentemente en depósito o tanque, aunque también puede hacerse en botella. Este proceso se encarga de que se desarrollen por completo tanto los sabores como los aromas propios de esta variedad, con el clásico tono oscuro y la untuosidad propia de la receta original.

En principio, esta cerveza ya contaría con la carbonatación adecuada, generada a través de los diferentes procesos de elaboración. Dado que son cervezas tipo Stouts, estas no destacan precisamente por una espuma o un gas elevado. De todos modos, si prefieres una carbonatación forzada, basta con añadir 5,8 gramos por litro de extracto de malta seca o bien 4,5 gramos de azúcar de caña por litro de producto. Todo depende de lo que desees.

 

 

 

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