El mezcal es una de las bebidas espirituosas de mayor tradición en México. Sin embargo, algunas botellas de dicha bebida suelen incluir en su interior un gusano, pero no de cualquier tipo. Esta peculiaridad obedece a ciertas características de la bebida, algo que los curiosos seguramente querrán conocer.
Una de las bebidas alcohólicas más emblemáticas de México es el mezcal, un destilado que proviene de varios tipos de agave o maguey y diferentes recetas que los expertos maestros mezcaleros han conservado a lo largo de varios siglos.
Su sabor tan especial y la concentración de alcohol, la cual ronda los 45 grados, lo convierten en una buena alternativa para aquellos que buscan relajarse o adquirir valor para correr algún riesgo, como podría ser jugar una partida de poker en línea en algún sitio como https://www.casino777.es/.
Entre los mezcales de mayor tradición se destacan algunos que incluyen una larva en su interior, en las siguientes líneas descubriremos cuál es la razón detrás de esta práctica.
El gusano del maguey
El chilocuil o chinicuil es la larva de la polilla Agathymus y Megathymus, considerada como una plaga, ya que afecta el desarrollo de los tallos o las raíces del maguey, la planta de la cual se obtiene la bebida del mezcal.
Desde este punto de vista, ya sabemos que en realidad no se trata de un gusano cualquiera, sino de una especie vinculada directamente al mezcal desde su origen.
Aunque podría considerarse como el principio de la tradición el hecho de que tal larva esté vinculada al desarrollo del maguey, en realidad es el sabor de dicho insecto lo que lo terminó haciendo parte importante de su degustación.
Hay que destacar, que estas larvas forman parte de la dieta tradicional de algunas zonas en el Estado de Oaxaca, en México, donde suelen consumirse fritas o tostadas, incluso acompañando otros ingredientes como los tradicionales huevos revueltos.
Son tan reconocidas por su sabor que incluso existe la denominada “sal de gusano”, un condimento de origen prehispánico elaborado a base de larvas secas y tostadas, mezcladas con algunas variedades de chiles y sal común.
De hecho, una forma tradicional de consumir la bebida del mezcal es añadiendo una pizca de esta sal al shot junto con una rebanada de naranja.
¿Quién introdujo el gusano dentro de la botella?
Existen varias denominaciones de mezcal, dependiendo de la zona de origen y otras cualidades propias del destilado; entre ellas está el llamado “mezcal de gusano”, que es el único al cual se le introduce dicha larva.
Cuenta la tradición que los antiguos maestros mezcaleros solían realizar una prueba al destilado, que consistía en dejar caer un gusano en el interior de una muestra. Si el gusano lograba llegar con vida al fondo de la botella, entonces se consideraba que la bebida era apta para su consumo; de lo contrario, el mezcal no podría ser bebido.
Con el pasar de los años la prueba del gusano ya no se consideraba necesaria, sin embargo, sucedió que comenzó a introducirse en las botellas por dos motivos: para diferenciar el mezcal del tequila y para darle un sabor peculiar.
La historia cuenta que en el año 1940, Don Jacobo Lozano Páez, un hombre que había comenzado a comercializar mezcal, necesitaba identificar fácilmente las botellas de dicho licor de aquellas que contenían tequila, ya que ambos destilados eran totalmente cristalinos. Recordando la relación existente entre el chinicuil y el mezcal, le pareció que lo más apropiado era solicitar a los productores que se introdujera una larva en la presentación. Esto no solo le permitiría diferenciar su producto, sino también añadirle un toque peculiar de sabor. Don Jacobo bautizó a tal preparado como “Gusano de Oro”.
El éxito de aquella estrategia fue tal, que el mezcal “Gusano de Oro” logró traspasar fronteras, convirtiéndose en un mezcal famoso tanto en México como en el extranjero.
Como dato curioso, hay que destacar que solo el mezcal proveniente del municipio de Santiago Matatlán es el que ostenta dicha larva en sus presentaciones, como un sello distintivo.
Mitos acerca del gusano en el mezcal
Han pasado ya 8 décadas desde que la larva del maguey forma parte de la tradición del mezcal de Don Jacobo; alrededor de este hecho se han generado diversas opiniones y mitos, los cuales analizaremos a continuación.
Antiguamente se creía que quienes consumían el gusano que había en el interior de las botellas corrían el riesgo de sufrir alucinaciones similares a las que produce el peyote. En la actualidad, se sabe que no hay nada de cierto en dicho mito, por lo que los efectos alucinógenos son producto de la interacción con otras sustancias.
En cuanto al sabor del mezcal, hay quienes afirman que realmente la larva le aporta un toque distintivo, pero no se recomienda ingerirla, ya que está tan impregnada en alcohol que no se aprecia ningún otro sabor en ella. Además, la textura podría no ser la más agradable al paladar.
Mezcal con gusano, sinónimo de calidad
Sabemos que el correcto etiquetado del mezcal identifica a la bebida como un producto auténtico. Este documento debe incluir la firma del maestro mezcalero, así como otros datos entre los que se incluyen el tipo de fermentación, el lugar en donde ha sido elaborada la bebida y señalar que se trata de un producto 100% de agave. En todo caso, el hecho de que la botella incluya una larva al fondo es una muestra de su calidad y denominación de origen.
Esperamos haber despejado tus dudas acerca de esta curiosa tradición del mezcal. Si aún no te animas a probar esta bebida, te invitamos a que le des una oportunidad; ya sea con gusano o sin gusano, podría convertirse en una de tus favoritas.
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